Una operación antinarcóticos realizada este domingo, 22 de diciembre, en el control sur de Tulcán, en la E-35, permitió el hallazgo de 138 bloques de clorhidrato de cocaína en el doble fondo de un automotor.
El alcaloide prensado venía desde Colombia y estaba oculto en una caleta elaborada en el piso de un vehículo 4×4, con placas ecuatorianas, que ingresó desde territorio colombiano y había burlado los filtros de control en el puente internacional de Rumichaca.
En el transporte viajaba una pareja y una menor de edad, originarios de la provincia de Esmeraldas, que permanecieron durante un día en la fronteriza ciudad de Ipiales, frente a Tulcán, hasta que metalmecánicos efectuaron el ocultamiento de la droga y el sellado del apartado adaptado.
Con una herramienta y una cortadora, los agentes antinarcóticos abrieron el compartimento en la parte inferior del chasis, donde encontraron ladrillos comprimidos de coca, que extrajeron uno a uno.
Las investigaciones señalan que los ahora detenidos tenían previsto trasladarse hasta Santo Domingo de los Tsáchilas, donde debían hacer una parada, para luego continuar hacia el puerto de Manta, desde donde presumiblemente el cargamento iba a salir hacia Europa.
El logotipo que presentan los bloques con las siglas DVT genera inquietud en las autoridades policiales, ya que sería la primera vez que se incauta clorhidrato de cocaína con esas letras.
Buscan determinar si es un envío realizado por un nuevo cartel que opera en la frontera de Colombia y Ecuador.
Se desconoce si este era el primer traslado de estupefacientes que realizaban los ciudadanos esmeraldeños aprehendidos o si ya habían efectuado otros. La menor de edad fue entregada a la Dinapen, que más tarde la otorgó a familiares que arribaron a esta ciudad.
Según Darío Salguero, jefe antinarcóticos de Carchi, los 138 kilos en el mercado negro de Ecuador tienen un valor de $ 552.000, mientras que en Estados Unidos el precio se cuadriplica y alcanza los $ 4 millones, en Europa costaría $ 6 millones.