Cerca de 3.000 empresas conforman el tejido exportador de Colombia hacia EE. UU. y hoy se mueven entre las sensaciones de incertidumbre y la necesidad de repensar su estrategia comercial en ese país, pues el arancel base de 10% que empezarán a cobrarles afecta sus estructuras de costos y precios.
Preliminarmente, varios empresarios indicaron que están haciendo las cuentas para calcular qué tanto los golpeará el ajuste ordenado por el mandatario estadounidense, Donald Trump.
Pero creen que el gravamen puede ser más oneroso en el caso de competidores directos, especialmente en los renglones de café y textiles.
Hablan los empresarios sobre los aranceles
Pedro Echavarría, fundador de Pergamino Café, no descarta que los aranceles provoquen incrementos de cara al consumidor final.
Sin embargo, desde su óptica, países competidores como Indonesia y Vietnam enfrentarán cobros de 32% y 46%, respectivamente, razón por la que los exportadores locales del grano no están completamente en desventaja.
“Si usted hace los cálculos, el café tipo robusta de Vietnam quedará casi a precio del arábigo lavado, por encima de Brasil. Igualmente, Indonesia asumirá un golpe muy fuerte. Para ser muy sincero, no creo que haya problema para el grano colombiano”, comentó el empresario cafetero.
Jaime Andres Moreno Motta, CEO de Café Quindío, indicó que, en su caso, también observan una oportunidad porque “Brasil tendrá el mismo aumento. Pero otros productores tendrán ajustes más altos. Mientras se agotan los inventarios de café verde o de importadores de café tostado, será un poco estresante, pero cuando empiece a entrar materia prima con los nuevos aranceles, para nosotros, se pone más interesante la situación para competir por precio”.