Un estudio reciente publicado en Scientific Reports confirmó que el cacao tiene su origen en la Amazonía ecuatoriana hace más de 5.000 años, desafiando la creencia tradicional que lo ubicaba en Mesoamérica, especialmente en México.
La investigación se basó en el análisis de restos de cerámica que contenían evidencias genéticas y químicas del cacao más antiguo conocido hasta ahora, lo que sitúa a Ecuador como el punto de partida en la historia de este fruto.
Las antiguas civilizaciones ecuatorianas no solo domesticaron el cacao, sino que además fueron clave en su expansión por la región, gracias a redes comerciales que lo llevaron más allá de sus territorios.
Este descubrimiento reafirma a Ecuador como la cuna ancestral del cacao, consolidando su relevancia histórica y cultural en la producción de uno de los productos más emblemáticos del mundo.