Miles de personas resultaron heridas en Líbano tras la explosión casi simultánea en todo el país de aparatos buscapersonas que eran utilizados por miembros del grupo armado Hezbolá para comunicarse.
Al menos 9 personas murieron en las explosiones, y cientos más fueron atendidas en hospitales de todo el país. Según el Ministerio de Salud libanés, al menos 2.750 personas resultaron heridas, 200 de ellas de gravedad.
Hezbolá y Líbano culparon a Israel del ataque. Las autoridades israelíes se han negado a hacer comentarios por el momento.
Funcionarios estadounidenses y de otros países citados por el New York Times aseguraron que las explosiones se produjeron como resultado de la implantación por parte de Israel de material explosivo en un lote de buscapersonas importado recientemente a Líbano.
Las explosiones comenzaron en el sur de Beirut y otras zonas de Líbano el martes por la tarde hacia las 15:45 hora local.
Los testigos afirmaron que vieron salir humo de los bolsillos de la gente y luego se produjeron pequeñas explosiones que sonaban como fuegos artificiales o disparos.
En un video que circuló en redes sociales se observa una explosión en el bolsillo del pantalón de un hombre que estaba de pie junto a la caja registradora de una tienda.
Las explosiones continuaron durante aproximadamente una hora, según informó la agencia de noticias Reuters.
Poco después, decenas de personas comenzaron a llegar a hospitales en todo Líbano, y varios testigos relataron escenas de confusión masiva. La mayoría de los afectados presentaba heridas en las manos y el rostro.
Una fuente cercana a Hezbolá le dijo a AFP que uno de los muertos era hijo de un parlamentario de Hezbolá, y que la hija de 10 años de otro miembro de Hezbolá también murió.
Mojtaba Amani, embajador de Irán en Líbano, es uno de los heridos. Otras 14 personas resultaron heridas por explosiones en Siria.
Según señala el corresponsal de seguridad de la BBC, Frank Gardner, desde el comienzo del conflicto de Gaza el año pasado, Hezbolá había advertido a sus miembros de que no utilizaran teléfonos celulares por temor a que pudieran ser manipulados o rastreados por agentes de inteligencia israelíes, por lo que estaban usando aparatos buscapersonas -conocidos también como mensáfonos o beepers en inglés- para comunicarse.