La Unión Europea (UE) está considerando nuevas medidas para reducir el consumo de tabaco y minimizar la exposición al humo en espacios públicos. La Comisión Europea ha anunciado su intención de prohibir fumar en áreas al aire libre como parques infantiles, terrazas, piscinas, zoológicos y paradas de autobús, entre otros lugares concurridos. Esta iniciativa busca reforzar la protección de la salud pública, especialmente la de los niños y jóvenes, quienes son más vulnerables a los efectos del humo de segunda mano.
El objetivo de la Comisión es ampliar las actuales restricciones que ya impiden fumar en interiores, extendiéndolas también a ciertos espacios al aire libre. Con ello, se pretende reducir la exposición a las sustancias químicas dañinas presentes en el humo del tabaco. Además, esta propuesta incluiría no solo los cigarrillos tradicionales, sino también los cigarrillos electrónicos y otros productos de tabaco calentado, tanto con, cómo sin nicotina.
Según la comisaria de Sanidad, Stella Kyriakides, cada año unas 700.000 personas en la UE mueren como consecuencia directa del consumo de tabaco, y decenas de miles fallecen por la exposición al humo ajeno. Kyriakides resaltó la responsabilidad de los gobiernos europeos de proteger a sus ciudadanos, en especial a los más jóvenes, de los riesgos asociados al humo. Aunque las recomendaciones no son de carácter vinculante, se espera que los países miembros adopten estas medidas con el fin de reducir el consumo de tabaco y avanzar hacia una «generación sin tabaco» para el año 2040, con una prevalencia del 5%.Sin embargo, no todos ven estas medidas con buenos ojos. Muchos fumadores y propietarios de negocios, como bares y cafeterías, expresan su preocupación por el impacto económico que podría tener la prohibición de fumar en espacios al aire libre.
En algunos países de la UE, es común ver a personas fumando en terrazas y cafés, por lo que estas restricciones podrían alterar las dinámicas sociales y afectar negativamente a ciertos sectores comerciales.