En el cantón Santa Lucía de la provincia de Guayas, más de nueve mil personas están afectadas producto de las inundaciones por el invierno, lo que motivó la declaratoria de emergencia.
En el sector 3 de abril, el agua verde y putrefacta cubre las calles. La mayoría de los habitantes abandonó el lugar y buscó refugio en albergues o viviendas de familiares.
Pocos decidieron quedarse aunque la situación se complica cada vez más. Aquí el agua no baja, pese a que la última lluvia ligera cayó el domingo.
Solo en este sector, 500 personas resultaron afectadas. Uno de los que sí se vio obligado a salir fue Marcos Vivanco, desde hace 11 días vive en el albergue temporal de Santa Rosa junto a otras 58 adultos y niños. Su vivienda de caña quedó inhabitable.
Santa Lucía está entre los cuatro cantones catalogados por el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional con mayor nivel de riesgo y afectación por el incremento del caudal del embalse Daule-Peripa.
“Las afluentes tienen más descargas porque no hay un control. Entonces, esto nos da a conocer que las lluvias, mas las descargas, son las que causan estas problemáticas”, señaló el alcalde Ubaldo Urquizo.
Según el alcalde Ubaldo Urquizo, aunque la represa libera hasta 600 metros cúbicos de agua por segundo, a Santa Lucía llega casi el triple por efecto de afluentes como los ríos Colimes y Pula.
Los otros cantones con mayor impacto son Balzar, Colimes y Palestina. En este último, aunque todavía no se ha declarado la emergencia, El Municipio ha identificado 25 sectores afectados: siete urbanos y 18 rurales.
Uno de ellos es Macul, donde cerca de 100 personas viven entre el agua. En las zonas cercanas a los ríos, aunque por ahora no están anegadas, los habitantes viven en alerta permanente, ya que los afluentes continúan aumentando su caudal y les preocupa volver a inundarse.