Padres de familia denuncian discriminación de sus hijos con autismo en planteles de Ecuador. La mayoría de los casos, divulgados en redes sociales, fueron comunicados al Ministerio de Educación, pero no han recibido respuesta.
Conmocionados y con ayuda de profesionales estas familias enfrentan las secuelas del acoso escolar que dejaron en los menores de edad. Algunos han intentado quitarse la vida.
El padre de una de las víctimas contó conmocionado y visiblemente afectado el doloroso proceso que tiene que enfrentar por el hostigamiento que sufrió su hijo en un colegio. Cuando tenía 16 años se enfrentó a estos hechos que casi provocan una tragedia.
«Mi hijo llegó del colegio, nos escribe y nos dice: ‘Papás gracias por todo. Nos veremos algún día. Yo les amo‘», recuerda entre lágrimas el hombre, al narra el difícil momento que vivió cuando su hijo intentó suicidarse.
Luego de ello, se comunicó con el colegio, que afortunadamente actuaron y frenaron el acoso. Sin embargo, por recomendaciones de sus terapeutas le dijeron que no se puede quedar solo porque necesita estar en constante comunicación cuando él lo requiera.
Un año después, los problemas sigue afectando a su familia. «Solo los que han pasado por esto pueden entender la fuerza de esos mensajes. El terror como papá«, señaló.
Pese a la situación complicada que fue comunicada y conocida por las autoridades, el adolescente no tuvo la atención adecuada de la psicóloga del colegio cuando tenía depresión. Su padre cuenta que él la busco para conversar, pero ella se negó y ahí tuvo otro intento por quitarse la vida.
Por ello, decidieron abandonar la institución educativa. Sin embargo, los problemas continuaron porque no podían encontrar un nuevo plantel. Con este precedente, dos colegios más le negaron el acceso a la educación.
«Nos sentamos a llorar en la cama con mi esposa. No sabíamos que hacer. Le habían negado el cupo y no había colegios», reveló su padre.
Sin embargo, este no es el único caso. A un menor de 9 años le negaron la matrícula en 15 colegios particulares por padecer autismo. Su madre narró que los planteles se negaban a aceptarlo tras conocer su diagnóstico el escenario cambiaba. Mientras que otras instituciones prefirieron reconocer que no tenían la capacidad para atender al niño.
«Cada caso es distinto y esa es una de los motivos por el cual los colegios rechazan a los niños porque les genera más trabajo y no es un negocio«, dijo la madre del niño con autismo discriminado.
Por su lado, Andrea Bejarano, experta en educación, recalcó que las instituciones privadas que nieguen el acceso a los menores por cualquier condición está infringiendo en el incumplimiento de la ley y, por ende, vulnerando derechos.
