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Cuatro policías muertos en violentas protestas de seguidores de Morales

Cuatro efectivos de la Policía Nacional de Bolivia murieron en el contexto de las protestas que desde hace once días sacuden al país, especialmente en los departamentos de Cochabamba, Potosí, Oruro y Santa Cruz. Los disturbios se originan por la inhabilitación electoral del expresidente Evo Morales, actualmente refugiado en Lauca Eñe, tras la orden de arresto por un proceso judicial por trata de personas. Las autoridades continúan operativos para despejar vías y contener los actos de violencia.

Muertes durante enfrentamientos en zonas de conflicto

El ministro de Justicia, César Siles, confirmó el deceso de cuatro policías. Tres de ellos habrían caído en una emboscada en Llallagua, al norte del departamento de Potosí, zona con fuerte presencia de simpatizantes de Evo Morales. Otro fallecimiento se reportó en Cochabamba, bastión político del exmandatario.

En estos puntos se han registrado los choques más violentos entre manifestantes y fuerzas del orden, en medio de una creciente tensión por la proximidad de las elecciones generales del 17 de agosto de 2025.

El presidente de Bolivia, Luis Arce, lamentó las muertes y aseguró que el Gobierno no retrocederá en su decisión de garantizar el orden y la realización de los comicios.

Actualmente, las fuerzas del orden enfrentan al menos veinte bloqueos activos en vías principales de los departamentos de Cochabamba, Potosí, Oruro y Santa Cruz, según fuentes oficiales. Estos cortes impiden el tránsito de alimentos, combustibles y medicamentos, afectando a miles de ciudadanos.

Los bloqueos son promovidos por sectores sociales afines a Morales que exigen su participación en las elecciones, pese a que el Tribunal Supremo Electoral ratificó su inhabilitación como candidato presidencial, respaldado por un fallo del Tribunal Constitucional.

Además, se han reportado actos de vandalismo, ataques a instalaciones públicas y agresiones a efectivos policiales, lo que ha derivado en el fortalecimiento del despliegue militar y policial.

Por su parte, Morales, desde su refugio en Lauca Eñe, ha instado a sus seguidores a continuar las protestas “por la defensa de la democracia”, aunque no ha asumido responsabilidad alguna sobre los hechos violentos.

La situación profundiza la crisis política dentro del partido oficialista, dividido entre los seguidores del actual presidente Luis Arce y los leales a Evo Morales. La tensión se refleja en el Congreso y en las calles, con un país polarizado ante los próximos comicios.

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