En medio de un esfuerzo diplomático para lograr un alto el fuego entre Israel y Líbano,el ejército de israelí lanzó este lunes 2 de diciembre una serie de ataques aéreos, afirmando que golpearon 25 “objetivos terroristas” vinculados a Hezbolá.
Estos ataques tuvieron lugar en zonas clave como Nabatieh, el valle de la Becá y los suburbios de Dahye en Beirut, apuntando a instalaciones de comando y control, así como a milicianos del grupo proiraní.
Según las autoridades israelíes, los bombardeos buscan degradar las capacidades estratégicas de Hezbolá para dirigir operaciones y reestructurarse.
Asimismo, se han levantado restricciones informativas sobre acciones anteriores, incluyendo la destrucción de un túnel entre Siria y Líbano que presuntamente era usado para contrabandear armas hacia el grupo chiita.
Paralelamente, las negociaciones mediadas por Estados Unidos avanzan. El plan incluye un retiro progresivo de las fuerzas de Hezbolá al norte del río Litani y el despliegue de tropas libanesas en un plazo de 60 días.
Aunque el primer ministro Benjamín Netanyahu habría aceptado la propuesta en principio, el contexto sigue siendo incierto debido a la complejidad del conflicto y las tensiones en la región
